HASTA QUE LOS PERROS ME ENSEÑARON A CAZAR
Disculpa que lo deje todo a medias,
pero los perros han marcado un rastro y lo he seguido,
y encontré un verso, y me he rendido, me he dicho:
No puedo seguir más de esta manera, sin mí, sin ti,
sin nada de todo aquello hermoso que hay,
ni de todo aquello hermoso que fui.
Disculpa que lo embarre todo a mi paso;
No fue sencillo, tuve que adentrarme por los cauces
de los barrancos y por arroyos turbios,
tuve que escalar despeñaderos y arrastrarme entre zarzales,
tuve que matar esqueletos y chatarra con mis propias manos,
tuve que demoler pueblos con esta puta cabeza.
No siempre fue agradable, demasiado a menudo
careció de sentido, carecí de lluvia, de fe o de esperanza.
Demasiado tiempo extraviado el instinto,
demasiados kilómetros con las botas puestas,
el viento en contra y el puñal por si acaso, para nada.
Disculpa toda esta sangre en mi ropa,
toda esta mueca de espanto, toda esta demencia:
He perdido dientes, he perdido dedos,
me han mordido zorros las noches que he dormido,
me he quedado loco tras estos últimos años
abriendo tumbas vacías buscando tumbas con alma.
Disculpa que arrumbara las palabras, la justicia, la belleza.
Descendí el abismo, y abajo había un pozo
excavado con los días que no escribo,
en el que viven los monstruos y el silencio...
y no lo puedo olvidar, y no quiero volver,
ni a él ni al laberinto triste de tu ausencia.
11 de Marzo 2023
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