¿Qué comes, poeta, los días que no escribes?
¿Cuántos puñados de letras o de lluvia caben en tu sopa?
¿Qué escribes, poeta, los días que mal comes?
¿Cuántos puñados de lluvia o de letras caben en tu folio?
¿Por qué aún vives, poeta?
Si ya nadie ama nada, si ya no existe invierno.
¿Cómo te atreves, poeta, a seguir mirando al destino a los ojos?
¿Cómo osas, miserable, a seguir intentándolo?
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