CANCIÓN DE BAGHEERA / Rudyard Kipling
En una jaula comenzó mi vida:
bien lo que el hombre vale se me alcanza.
¡Por el cerrojo que rompí…! ¡No fíes,
hombre-cachorro, en gente de tu casta!
Cuando la luz de las estrellas caces
busca la pista recta y no embrollada.
Ya sea en tu cubil, ya en cacería,
teme al hombre-chacal: su amistad es mala.
Si <<vente con nosotros>>, te dijeran,
<<que ganarás con ello>>, escucha y calla;
si te piden ayuda contra el débil
oye en silencio, sin jamás prestarla.
Deja la presunción para los monos:
mata la pieza, que con esto basta,
y no lo cuentes luego. En tu camino
no retrocedas, al cazar, por nada.
(¡Oh nieblas matinales! Envolvedme,
protectoras del ciervo y sus guardianas.)
¡Que el favor de la Selva te acompañe,
el del Viento, el del Bosque y el del Agua!
Rudyard Kipling
De El libro de la Selva, edición de Editorial Gustavo Gili, Barcelona, traducción de Ramón D. Perés.
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